Chocolates Trapa, dulce renacer palentino
- María Colías Castañeda
- 8 dic 2023
- 2 Min. de lectura

En las tierras palentinas, la fragancia embriagadora del chocolate ha sido una parte intrínseca de la historia local desde diciembre de 1891, cuando un grupo de monjes se instaló en el monasterio trapense de San Isidoro. Este lugar, que más tarde se conocería como La Trapa, fue el escenario de los primeros capítulos de la historia de Chocolates Trapa, la venerable fábrica de chocolate que ha experimentado un renacimiento digno de mención.
La empresa, formalmente establecida en 1964 en San Isidro de Dueñas, tuvo sus raíces en el compromiso cisterciense con la elaboración y tratamiento artesanal del cacao. En 1969, en un intento por adaptarse a los nuevos mercados, Chocolates Trapa comenzó a fabricar bombones, marcando el inicio de una era dorada para la marca. La colaboración con la firma italiana Società Alemagna de Milán dio lugar a los icónicos Bombonísimos, convirtiéndose en un referente de sabor y calidad.

El viaje de Trapa no estuvo exento de desafíos. En 1982, la empresa pasó a manos del controvertido empresario José María Ruiz Mateos y su grupo Rumasa, solo para ser expropiada por el gobierno un año después. Sin embargo, el espíritu resiliente de Trapa resurgió en 1992 cuando fue adquirida por Nueva Rumasa, marcando una nueva etapa de modernización y expansión de la gama de productos.
A lo largo de las décadas, Chocolates Trapa no solo se ha enfrentado a cambios de propietarios y desafíos financieros, sino que también ha demostrado su capacidad para evolucionar y adaptarse. En el año 2000, la incursión en la miel amplió la oferta de productos, mientras que inversiones significativas en 2007 y 2010 reforzaron la imagen de marca y la calidad del producto.
La crisis financiera y los problemas familiares llevaron a Trapa a acogerse a la Ley Concursal en 2011. Sin embargo, la historia de Chocolates Trapa dio un giro positivo hace tres años cuando fue adquirida por el grupo Europraliné. Bajo la dirección de la familia Fernández Calvo, en colaboración con la experiencia de Lacasa, fundada hace más de 150 años en Jaca, Chocolates Trapa resurgió con nuevas líneas de productos, incluyendo cortados sin azúcar, turrón variado y bombones innovadores.

Este año, Chocolates Trapa ha expandido aún más su capacidad productiva con instalaciones y almacenes adicionales, abarcando 6.000 metros cuadrados. El centro de producción sigue arraigado en San Isidro de Dueñas, ocupando un impresionante espacio de 53.000 metros cuadrados, dentro de una parcela total de 70.000 metros cuadrados.
En la actualidad, Chocolates Trapa ha trascendido las fronteras españolas, extendiendo su delicioso legado a Europa del Este, países árabes y Suramérica. Con nuevas líneas de moldeo de bombones, la modernización del proceso de estuchado con una línea robotizada y su compromiso con el medio ambiente, la empresa continúa siendo un faro de innovación y calidad, demostrando que desde el corazón palentino, el sabor único de Trapa puede conquistar paladares en todo el mundo.
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